Degradación del suelo
Una tierra fértil expuesta por sequía y agrietada debido a la falta de lluvia. La degradación del suelo se define como un cambio en la salud del suelo resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para sus beneficiarios.
La degradación de los suelos hace referencia a la alteración negativa o disminución de una o varias de las ofertas de bienes, servicios o funciones ecosistémicas, provocada por procesos naturales o antrópicos (de acción humana), y causando la pérdida del componente ambiental.
Puede ser física, química o biológica. En la física, se presenta la erosión y la compactación; en la degradación química ocurre salinización, acidificación y la contaminación.
Las actividades humanas provocan fenómenos graves de degradación del suelo. Entre ellos cabe destacar la erosión, un problema que, según los expertos, se está acelerando en todos los continentes y cada año causa una pérdida de entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras cultivables. En España, amenazas tan diversas como la agricultura intensiva, la construcción o la contaminación han supuesto que su situación sea mala en general.
La erosión del suelo es un fenómeno complejo, en el que intervienen dos procesos: la ruptura de los agregados y el transporte de las partículas finas resultantes a otros lugares. Además de la pérdida de la capa de suelo, que contribuye a la desertización, las partículas arrastradas pueden actuar como vehículo de transmisión de contaminación (plaguicidas, metales, nutrientes, minerales, etc.). Se trata de un fenómeno natural pero que ha sido acelerado por las actividades humanas. La erosión puede ser causada por cualquier actividad humana que exponga al suelo al impacto del agua o del viento, o que aumente el caudal y la velocidad de las aguas de escorrentía.
El riesgo de erosión por acción del agua es máximo en periodos de lluvias intensas en que el suelo se encuentra saturado de agua, con escasa cubierta vegetal y aumenta el movimiento del agua por la superficie del suelo. El efecto de la escorrentía resultante elimina cantidades importantes de suelo y origina regueros de erosión que actúan como ruta principal del agua, lo que aumenta el problema.
Fuente:https://www.agronet.gov.co/Noticias/Paginas/Estas-son-las-amenazas-que-impulsan-la-degradaci%C3%B3n-del-suelo.aspx
Deforestación
La destrucción de los bosques, o deforestación, ha disminuido a nivel global en los últimos años, pero continúa a un ritmo "alarmante" en muchos países, en especial en Sudamérica y África, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). La agricultura insostenible o la explotación maderera intensiva son sus principales causas.
En pleno Año Internacional de los Bosques, la deforestación es un problema que llama mucho más la atención. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) señala como “alarmante” la situación en muchos países, en especial en Sudamérica y África. La agricultura insostenible o la explotación maderera intensiva son sus principales causas. La biodiversidad o el modo de vida de millones de personas en todo el mundo, así como la contención del cambio climático, dependen de los bosques. Las acciones para frenar la deforestación son esenciales y en ellas los consumidores tienen mucho que decir.
La deforestación de los bosques "va mejorando", aunque aún no es suficiente, según Eduardo Rojas Briales, director del Departamento Forestal de la FAO.
La deforestación en el mundo, provocada en su mayoría por la conversión de bosques tropicales en tierras agrícolas, ha disminuido en la última década, pero continúa a un ritmo alarmante en muchos países. Así lo pone de manifiesto el estudio más completo realizado hasta la fecha por la FAO.
La superficie forestal total mundial asciende a algo más de 4.000 millones de hectáreas, el 31% de la superficie terrestre total. La pérdida neta anual de bosques (el resultado de pérdidas menos incrementos) en ese periodo equivale a una superficie similar a la de las comunidades de Aragón y La Rioja juntas.
Las zonas con una mayor deforestación se encuentran en Sudamérica y África, con 4 y 3,4 millones de hectáreas de bosques perdidos, respectivamente. Por su parte, Asia registró una ganancia neta de unos 2,2 millones de hectáreas al año en la última década, gracias a los programas de reforestación a gran escala en China, India y Vietnam. En Norteamérica y Centroamérica, la superficie forestal permaneció bastante estable, mientras que en Europa creció a una tasa menor que antes.
Mención aparte merecen los bosques vírgenes conservados en su estado original, que desaparecen a gran velocidad en todo el mundo. Conocidos como bosques primarios, cubren un 10% de la superficie terrestre, aunque se estima que cada año se pierden o modifican unos seis millones de hectáreas. La organización ecologista Greenpeace asegura que solo se conservan el 20% de los bosques primarios originarios, que el 80% ya se ha destruido o alterado y que el 20% restante está en peligro.
Fuente:https://www.consumer.es/medio-ambiente/deforestacion-2.html